La Herida de Rechazo: Comprenderla para Sanarla
- Katia Natalia Carranza Velázquez
- 10 feb
- 3 Min. de lectura
Desde nuestra infancia, nuestras experiencias emocionales moldean la percepción que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. La herida de rechazo es una de las más profundas y difíciles de detectar, ya que suele manifestarse a través del aislamiento y la evasión. En su libro Las 5 heridas que impiden ser uno mismo, Lise Bourbeau describe cómo esta herida influye en la vida de quienes la llevan consigo y cómo puede ser transformada en una oportunidad de sanación y crecimiento personal.
¿Cómo se origina la herida de rechazo?
Esta herida se gesta en la infancia, generalmente en la relación con el progenitor del mismo sexo. Se desarrolla cuando el niño percibe (de forma real o simbólica) que no es deseado o aceptado tal como es. Esto puede manifestarse a través de frases hirientes, desinterés emocional, o incluso por el simple hecho de sentir que no cumple con las expectativas de sus padres.
Los niños con esta herida crecen con una sensación de no pertenecer, de ser invisibles o de no ser lo suficientemente valiosos para recibir amor. Esta percepción los lleva a desarrollar comportamientos que refuerzan la creencia de que deben desaparecer o evitar el contacto para no ser rechazados nuevamente.
La máscara del huidizo: El mecanismo de defensa ante el rechazo
Para protegerse del dolor, la persona con esta herida desarrolla la máscara del huidizo. Esta máscara le permite evitar situaciones en las que pueda sentirse rechazado nuevamente, llevándolo a la evasión y al autoaislamiento.
🔹 ¿Cómo se comporta una persona con esta herida?
✔ Tiende a ser solitaria y evita el contacto social.
✔ Se infravalora y cree que no es lo suficientemente importante.
✔ Siente que no encaja en ningún lugar.
✔ Prefiere observar antes que participar activamente.
✔ Puede desarrollar miedo al compromiso y a las relaciones cercanas.
El huidizo prefiere pasar desapercibido, evitando confrontaciones y situaciones que le generen inseguridad. Paradójicamente, este comportamiento lo lleva a confirmar su creencia de que no es valorado, pues al aislarse, refuerza la idea de que no tiene un lugar en el mundo.
Características físicas de quienes tienen esta herida
Según Lise Bourbeau, la herida de rechazo también se refleja en el cuerpo. Las personas con esta herida suelen tener cuerpos delgados y frágiles, como si quisieran ocupar el menor espacio posible. Sus movimientos pueden ser rápidos y ligeros, como si estuvieran preparados para desaparecer en cualquier momento.
Cómo sanar la herida de rechazo
Sanar esta herida requiere un proceso de autoconocimiento y reconciliación con el propio valor personal. Algunas claves para iniciar este camino son:
💚 Reconocer la herida: Aceptar que el miedo al rechazo ha influido en nuestra vida y en nuestras decisiones.
💚 Validar nuestras emociones: Permitirse sentir sin minimizar la importancia del dolor que hemos experimentado.
💚 Construir una nueva relación con uno mismo: Reemplazar pensamientos de desvalorización por afirmaciones positivas.
💚 Abrirse a las relaciones: Permitirnos confiar en los demás y en que merecemos ser amados tal como somos.
La biodescodificación es una herramienta poderosa para identificar el origen de esta herida y resignificarla, transformando el miedo al rechazo en una oportunidad de crecimiento.
🌿 En las próximas entradas del blog, profundizaré más en esta herida y cómo trabajarla desde la biodescodificación.
✨ Recuerda: para sanar, es necesario sentir para soltar.
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